

Biblia y vida
Padre Manuel Antonio Garcia Salcedo
Arquidiócesis de Santo Domingo
CANTAR DE LOS CANTARES:
Muchos son los libros del Antiguo Testamento que dedican largas páginas al diálogo de amor entre Dios y su pueblo, comparándolo al amor entre los esposos, Sagrario de la familia.
El profeta Oseas y otros más lo llevan al grado de situaciones dramáticas que se suscitan en el seno del matrimonio creyente, igual los libros históricos están conducidos por la respuesta al plan de Dios para la salvación de su pueblo con los esposos, Abrahán y Sarah, y su descendencia.
Tema obligatorio y tarea siempre a realizar, el amor esponsal, principio de la familia humana. Los libros de la sabiduría divina no podían dejar de lado este tema, y a modo de poesía y representación emotiva y pasional, casi teatral, pero tomado todo esto de la realidad, tratan el tema que en los inicios, con Adán y Eva, David y Betsabé, se tornó en una amarga historia plagada de consecuencias.
Sin embargo, Dios no retira su alianza con el elegido de su pueblo, sino que la actualiza en cada matrimonio nacido del amor entre el amado y la amada. Ocho capítulos elevan el espíritu, despiertan la esperanza, impulsan a seguir la marcha por esta vida ardua, desconcertante y cruel en ocasiones.
El tema central es el amor entre el hombre y la mujer, y la fascinación que causa en todos los ambientes que conforman toda sociedad. Llamativo es el caso que asume un rol protagónico la mujer, culpabilizada en los orígenes de traer la desgracia de tentar al hombre con el fruto de la desobediencia al Creador, pero en esta ocasión es ella quien desde su pequeñez, carente de los reconocimientos y comodidades, busca a quien ella desea desposarse. Mientras más le busca, le siente alejarse por estar ocupado en sus deberes reales.
Le contempla el coro de los que siguen apasionadamente y con interés el tan anhelado encuentro entre la mujer y el hombre, futuro esposo. Amado, rey y pastor son sinónimos en el mundo antiguo. Es decir, el esposo.
Un marcado interés del texto sagrado es mostrar las similitudes entre el amor divino y el amor humano, la alianza santa entre Dios y su pueblo elegido, y las bodas entre el hombre y la mujer. Las guerras, los conflictos, las malas experiencias y fracasos no son la última Palabra de la existencia humana. El proceso de distancia y encuentro entre el hombre y la mujer en este texto sagrado poético, del cual también participan los que circundan a la pareja tiene un marcado estilo del culto y los ritos celebrativos de los pueblos antiguos, de los cuales nuestra liturgia cristiana es deudora.
El Cantar de los Cantares, que en tantas ocasiones, y hasta siglo ha sido perdido de vista, y es fundamental para la fe cristiana en sus expresiones evangelizadoras, celebrativas y caritativas sociales, sella el aspecto inicial de toda actividad cristiana: El punto de partida y motivación es el amor en todas sus expresiones correctamente morales.
A partir del siglo XVII el amor esponsal empezó a catalogarse como una empresa únicamente reproductiva, a conveniencia de partes, prescindible y, desde el siglo XIX, condicionada al placer de la intimidad sexual. No así en la óptica del Cantar Bíblico que marcará la senda a seguir en cada uno de los textos sagrados que componen el Nuevo Testamento. Hagamos la prueba y veamos que en todos ellos la relacionalidad esponsal y familiar, y su aplicación a la vida de la Iglesia dada por los Santos Padres de la fe católica es la constante y pauta de vida cristiana.
En resumidas cuentas, Cristo es el Esposo y la Iglesia, su amada, y el amor entre ambos es más fuerte que la muerte. *Doctor en Teología Católica.