

Santo Domingo Este. – En un mensaje cargado de reflexión y llamado a la conversión, Monseñor Faustino Burgos, obispo de Baní, exhortó a los fieles a examinar su vida de fe y renovar su compromiso cristiano durante la Eucaristía que marcó el cierre de las Fiestas Patronales de la Capilla Divino Niño, ubicada en la calle D del sector Los Mina Sur.
La solemne Celebración Eucarística fue concelebrada por el padre Encarnación Miguel y presidida por Monseñor Faustino Burgos, quien dirigió un mensaje central de profundo contenido espiritual.
Durante su homilía, Monseñor Burgos cuestionó a los presentes sobre la autenticidad de su relación con Dios: “¿Amamos a Dios? ¿Lo buscamos de verdad? ¿Cómo es nuestro amor y nuestra búsqueda? Porque quien dice creer en Dios y lo busca, debe reflejarlo con un cambio real en su vida”, expresó.
El obispo subrayó que el cristiano no se distingue de otros por sentirse superior, sino por su forma especial de amar y servir, sin cansarse de hacer el bien: “Hay muchas personas no creyentes que ayudan a los pobres o donan sus bienes. Pero el cristiano lo hace por amor, y no puede cansarse de hacer el bien”, señaló.

Apoyándose en el Salmo 14, Burgos recordó que quienes desean “hospedarse en la tienda del Señor” deben vivir con honradez, practicar la justicia, mantener intenciones rectas y evitar la calumnia: “Hoy, los medios y las redes están llenos de intrigas y difamaciones. El verdadero creyente debe distinguirse evitando estas prácticas y actuando con rectitud”, advirtió.
En su mensaje, también hizo un llamado a evitar actitudes comunes en la sociedad como la usura y el soborno, asegurando que “quien actúa con integridad y justicia nunca fallará”.
Monseñor Burgos reflexionó sobre el ejemplo de Marta y María en el Evangelio, señalando la importancia de equilibrar la acción con la escucha de la Palabra de Dios: “No podemos caer en los extremos: ni solo hacer y hacer, olvidando a Dios, ni aislarnos del mundo. Debemos orar y trabajar, como decía San Benito: ora et labora”, recordó.
Resaltó que la oración no debe alejar al cristiano de la realidad, sino fortalecerlo para servir mejor: “La oración recarga nuestras fuerzas para anunciar el Evangelio y cumplir con amor nuestras responsabilidades”, añadió.

En el marco de la celebración del Divino Niño, Monseñor Burgos pidió a las familias cuidar la pureza y educación de los más pequeños, alejándolos de la violencia, malas palabras y música con mensajes dañinos: “Lo que los niños ven y escuchan en sus hogares marcará su futuro. Si ven amor y respeto, eso sembrarán. Si ven violencia, la reproducirán”, advirtió.
Exhortó a los padres y abuelos a crear un ambiente propicio para que los niños crezcan, como Jesús en Nazaret, “en sabiduría, gracia y estatura delante de Dios y de los hombres”.
Al finalizar la celebración, Monseñor Burgos impartió una bendición especial a todos los niños presentes, pidiendo por su protección y crecimiento en valores cristianos.