
A pesar de que el proyecto de la controvertida reforma laboral se discutió por nueve meses con sectores empresariales, trabajadores, sindicatos y políticos, el Senado abrirá otra vez, a partir de la próxima semana, una nueva ronda de discusiones con los mismos colectivos para intentar aprobar definitivamente la modificación integral al Código de Trabajo.
Esta vez, según expresó este jueves el senador Rafael Barón Duluc, las discusiones se centrarán únicamente en los puntos conflictivos del proyecto, para que así la iniciativa se apruebe pronto en el Senado y luego transite en la Cámara de Diputados.
El estudio de análisis del Senado se hará repetido ya que la Cámara de Diputados estudia por su parte el mismo proyecto de la reforma laboral, lo que podría provocar retrasos y choques del proyecto cuando pase de una cámara a otra.
Al respecto, el senador Barón Duluc declaró que debería establecerse un mecanismo reglamentario en el Congreso que evite duplicidades y permita unificar los trabajos.
El procedimiento separado de las dos cámaras estudiando el mismo proyecto obliga a las congresistas a estudiar de forma dividida un mismo texto, con el riesgo de retrasar aún más su aprobación.
Mientras tanto, la comisión especial del Senado que estudia la reforma laboral quiere que el proceso sea más abreviado que en ocasiones anteriores, ya que los senadores aseguran tener un conocimiento acumulado sobre la pieza.
El objetivo es enviar cuanto antes la propuesta al pleno del Senado para su votación, con la intención de agilizar el trámite legislativo.
Trabajadoras domésticas
Dentro de los temas que generan mayores tensiones figura la situación de las trabajadoras domésticas. La discusión gira en torno a si deben acceder al beneficio de la cesantía, pese a que se trata de un servicio prestado en hogares y no en empresas.
El senador Barón Duluc dijo que la comisión que dirige plantea que debe buscarse un punto medio: garantizar ciertos derechos sin imponer cargas económicas que desincentiven la contratación en el sector.
Otra de las controversias que amenaza con trabar la aprobación de la reforma es la inclusión del término “orientación sexual” en el artículo 3. Algunos congresistas han advertido que no votarán la iniciativa si esa redacción se mantiene. No obstante, la posición oficial en la comisión del Senado es que cada legislador tiene derecho a expresar su desacuerdo, aunque al final la decisión dependerá de la mayoría en la votación.
Los puntos conflictivos
Aunque el Senado logró avanzar en la pasada legislatura con una pieza mayormente consensuada, quedó con algunos desacuerdos entre empresarios y trabajadores que, en este nuevo periodo, se pretenden dirimir.
Las diferencias más marcadas del proyecto están en puntos como el aumento legal de las horas extras, la creación de un juez conciliador para resolver los conflictos laborales, menos sanciones para las empresas que cometan infracciones contra los trabajadores y el espinoso tema de la cesantía.
La comisión senatorial buscará, en esta nueva etapa, resolver los principales escollos para que el proyecto pueda avanzar sin contratiempos.
Sin embargo , la duplicidad del estudio en ambas cámaras y los puntos sensibles como la cesantía y el reconocimiento de la orientación sexual aseguran otro largo análisis del proyecto en el Congreso.