
New york.-Con un mensaje cargado de pasión, claridad y urgencia espiritual, la evangelista Nelly Tavárez sacudió las conciencias en su programa Devocionales, transmitiendo una enseñanza que, más que reflexión, se convirtió en una advertencia directa a los pastores y líderes de hoy. El tema: “Iglesias con Propósito”, inspirado en los planteamientos del pastor Rick Warren.
Desde los primeros minutos, Tavarez dejó claro que este no era un mensaje ligero ni dirigido a la comodidad: “Este tema es para la gente que tiene iglesia, para los que están al frente de un ministerio, el espíritu nos lleva a hablar de este tema.
“Iglesias dirigidas por todo… menos por Cristo”
Con tono firme, denunció que muchas congregaciones han perdido el rumbo, siendo arrastradas por corrientes equivocadas:
“Hay iglesias dominadas por la tradición, donde lo que manda es el ‘siempre lo hemos hecho así’ y no lo que dice la Biblia”.
“Otras son movidas por la cultura y el entretenimiento, adaptándose al mundo más que al evangelio”.
“Algunas están sujetas al dinero, donde las decisiones se toman en base a la economía y no a la fe”.
“Y muchas son gobernadas por las personalidades de turno, donde el hombre se convierte en el centro y Cristo queda relegado”.
Con un aire profético, agregó: “Si el propósito de la iglesia no está alineado con los propósitos eternos de Dios, esa iglesia está edificando sobre arena, y tarde o temprano se derrumbará”.
Una iglesia no se mide por lo que atrae, sino por lo que transforma
La evangelista fue clara en advertir que la medida de una congregación no es el tamaño de sus templos ni la cantidad de fieles sentados en las bancas:
“Una iglesia grande no es aquella que acomoda a miles, sino la que envía misioneros, la que levanta discípulos, la que toca la sociedad y transforma vidas. El espectáculo puede llenar sillas, pero solo el Espíritu Santo puede llenar corazones”.
En un mensaje directo a los pastores, Tavarez recordó que el ministerio no se sostiene en las emociones: “Se requiere más que entusiasmo para levantar una iglesia. El entusiasmo es chispa, pero la sabiduría, la visión y la preparación son el fuego que permanece. El celo sin conocimiento destruye, pero la pasión guiada por la Palabra edifica”.
El verdadero enfoque: los perdidos
Con tono confrontativo, la evangelista señaló un error común en muchas congregaciones: enfocarse en atraer a creyentes de otras iglesias en vez de cumplir con la misión original de Jesús.
“Cristo mismo lo dijo: ‘No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores’ (Marcos 2:17). ¿Cómo pretendemos ser iglesia si olvidamos a los que más necesitan de salvación? La misión no es entretener a los ya convertidos, sino rescatar a los que están perdidos en el mundo”.
Un llamado a los líderes
El mensaje se tornó más personal y desafiante cuando Tavarez habló directamente a los pastores y líderes:
“Este no es un tiempo para improvisar. Este no es un tiempo para que el liderazgo se acomode en la costumbre o en la comodidad. Dios no llamó a su iglesia a ser un club social ni una empresa, sino un cuerpo vivo en misión constante. Pastores, la pregunta no es cuántos se congregan en sus templos, sino cuántos están siendo discipulados, enviados y transformados”.
Con autoridad, agregó: “La iglesia que no evangeliza se paraliza. La iglesia que no hace discípulos se estanca. Y la iglesia que no tiene propósito pierde su razón de existir”.
Esperanza en medio de la corrección
Sin embargo, el mensaje no quedó solo en confrontación, sino que cerró con una palabra de ánimo y fe: “Dios no necesita perfección para usarnos. Él siempre ha levantado personas imperfectas en circunstancias imperfectas para cumplir Su voluntad perfecta. Si tu ministerio siente que ha perdido dirección, este es el momento de volver al centro: Cristo Jesús”.
Conclusión
Con voz fuerte y convicción inquebrantable, Nelly Tavarez dejó un mensaje que retumba en cada oyente: “La iglesia no es del pastor, no es de la tradición ni de la cultura: la iglesia es de Cristo. Y si Cristo no es el centro, entonces hemos perdido el propósito”.
Su exhortación, dirigida especialmente a los pastores y líderes, no fue un simple comentario, sino un llamado urgente a despertar, a corregir rumbos y a levantar iglesias verdaderamente alineadas con los propósitos eternos de Dios.