

Biblia y vida
Padre Manuel Antonio Garcia Salcedo*
Arquidiocesis de Santo Domingo
La obra lucana posee dos partes que conforman una unidad: Evangelio y Hechos de los Apóstoles. El énfasis se hace en la oración en la misericordia en Comunidad en relación de Jesucristo con su Padre Celestial por la acción del Espíritu Santo a partir de la Fracción del Pan. Como unidad literaria, ambas parten de la presentación a Teófilo (hijo amado de Dios) del Evangelio divido en 24 capítulos:
(1-2) El relato de la Infancia de Jesucristo, paralelo a Mateo 1-2, tiene sus particularidades. San Lucas pone el acento del Misterio Pascual de Cristo en los padres de San Juan Bautista, Zacarías y Santa Isabel, con el Magníficat de la Virgen María junto a San José, y del anciano Simeón y la viuda consagrada Ana, evocados en los misterios gozosos del Santo Rosario, precedido todo por una genealogía diferente al Evangelio de San Mateo que comienza desde Abrahán. San Lucas inicia con Adán, padre de toda la humanidad pecadora.
(3-4) El Bautismo y las Tentaciones de Cristo son resaltados por la oración, por la misericordia divina con los pobres y se explicitan por las enseñanzas de las Parábolas propias de San Lucas: el Hijo Pródigo, el Buen Samaritano, el relato de Marta y María y otros más.
La misión en San Lucas desemboca en los encuentros eucarísticos de Cristo con figuras tales como Zaqueo, los diez leprosos y con diversas Parábolas propias.
El relato de la Última Cena es la presencia de Jesús Señor, Misericordia del Padre, en la Comunidad Lucana reunida para la Fracción del Pan, precedida del anuncio y la explicación de las Escrituras desde la Pasión, Muerte y Resurrección como muestra el relato de los discípulos de Emaús (24, 13-35).
Termina el Evangelio tal como inicia la segunda parte de la obra de San Lucas (Hechos de los Apóstoles) con la Ascensión del Señor tras la promesa del Espíritu Santo para ser sus testigos por todo el mundo. *PhD y Post-doc en Teología Católica.