

Por Ramón Peralta
El consultor político dominicano Jhondry Ferreras, mejor conocido como El Árabe Dominicano, acaba de ser juramentado como miembro de la Asociación Latinoamericana de Consultores Políticos (ALACOP). El ingreso no es un simple trámite institucional, sino el reconocimiento a una trayectoria que, aunque joven, ha estado marcada por la perseverancia, la disciplina y una vocación temprana por el análisis del poder y sus dinámicas.
El acto de juramentación estuvo acompañado por referentes de primera línea de la asesoría política en el continente: Nidia Paulino, presidenta de ALACOP; Mauricio De Vengoechea, asesor del presidente Luis Abinader; Daniel Ivoskus, presidente de la Cumbre Mundial de Comunicación Política; y Carlos Fara, presidente de la International Association of Political Consultants (IAPC). La sola presencia de estas figuras da cuenta del peso que tiene la organización en los procesos democráticos de América Latina.
Ferreras, que desde los 13 años mostró una curiosidad inusual por la política y sus resortes invisibles, ha sabido conjugar la práctica cotidiana con la formación académica, explorando cómo las sociedades se relacionan con sus dirigentes y cómo se decantan en el acto fundamental del voto. Su incorporación a ALACOP lo coloca dentro de un círculo de profesionales que promueven la investigación y el fortalecimiento institucional, pero sobre todo reafirma el compromiso de la nueva generación de estrategas con una democracia más madura y consciente.
Lo conozco desde sus inicios y puedo dar fe de que no ha sido el azar quien lo llevó hasta aquí, sino su capacidad de superación y la claridad de propósito con que ha transitado su camino. En cada proyecto, Ferreras ha demostrado que el talento no se mide solo en teoría, sino en la sensibilidad para comprender realidades diversas y traducirlas en estrategias efectivas.
Mi felicitación a ALACOP por sumar a sus filas a un consultor que, sin duda, representa el futuro de la comunicación política latinoamericana: un joven con visión, capacidad y la determinación de aportar a que nuestras sociedades decidan mejor y vivan mejor.