

Por: Orlando Pimentel.-
Ayer, en el Jueves de TBT Romántico con Manny Valenzuela por tropicalnewyork.net, las palabras de Marisol Mateo lograron detener el tiempo. Ella lo dijo con la claridad de quien siente la música en el alma: “No fue un jueves cualquiera… en ese instante mi corazón se convirtió en un viajero del tiempo recorriendo los pasillos de mi memoria.”

Su descripción no fue solo poesía, fue una verdad compartida. Cada canción, como bien expresó, se transformó en “una llave que abrió baúles de recuerdos, donde dormían los amores que se fueron, las caricias que quedaron suspendidas en el aire y los suspiros que todavía se escapan al recordarlos.”
Y es que lo que ocurre en este espacio radial no es simplemente entretenimiento. Como escribió Marisol, “esta noche, la música no solo sonó, sino que nos envolvió en nostalgia, nos llevó de vuelta a esos días que ya no están, pero que siguen vivos en el alma.”
Ese testimonio, cargado de emoción, revela lo que muchos vivimos en silencio: esa mezcla de risa y llanto que provoca recordar. Lo dijo ella con valentía, pero lo sentimos todos. Porque aunque esos recuerdos siguen presentes en el alma, también se quedaron en el vacío.
La grandeza de este jueves de TBT Romántico está, en hacernos entender que el pasado nunca desaparece del todo. Solo espera que una canción lo despierte.
Y anoche, gracias a Manny Valenzuela y a la voz escrita de Marisol Mateo, volvimos a comprobar que la música no es un eco lejano: es el hilo invisible que nos ata al corazón de lo que fuimos.