

Por Esmirna Gómez
Santo Domingo Este. – Este martes se celebró el sexto día de las Fiestas Patronales en honor a San Vicente de Paúl, con una solemne Eucaristía concelebrada y presidida por el padre Néstor Varón, acompañado de los padres Samuel Renald, Antuan Yocelyn y su Párroco el P. Pelagio Taveras.
Durante la celebración, el padre Varón pronunció una homilía llena de fuerza y de llamado a la reflexión bajo el tema: “La formación para la misión”.
En su mensaje, recordó que Dios es capaz de sacar bienes incluso de lo más adverso, mientras que el maligno puede torcer lo que parece bueno si el creyente se descuida en su fe.

“Somos familia de Dios, esa es nuestra mayor riqueza. La misión comienza en nuestras casas, en nuestra comunidad, en la forma en que dejamos que Cristo se note en nuestra vida cotidiana”, expresó el sacerdote.
La misión comienza en la familia
El prelado destacó que la familia es la primera Iglesia ,que en ella se forja el verdadero testimonio de fe:
“La misión más grande no es la que se hace lejos, sino la que se construye en la intimidad del hogar, allí donde somos conocidos de verdad. Si no somos coherentes en la familia, no podremos serlo en la sociedad”.

Asimismo, explicó que el ejemplo de la Virgen María ilumina la vida del misionero en tres pasos fundamentales:
La Inmaculada: la pureza y humildad necesarias para recibir a Cristo.
La Anunciación: la apertura a la voluntad de Dios.
La Visitación: la misión activa de llevar a Jesús a los demás.
Una homilía que sacudió conciencias
Con ejemplos claros, el padre Varón motivó a los fieles a vivir su fe con autenticidad:
“No basta con decir que creemos; hay que mostrarlo. Que se note que Cristo vive en ti, en tu casa, en tu trabajo y en tu comunidad”.
Además, evocó las enseñanzas de San Vicente de Paúl, quien recordaba que el verdadero misionero debe servir con sencillez, entrega a los más pobres y necesitados, afirmando que la pobreza más grande no es la material, sino la espiritual.
Un pueblo unido en fe y tradición
El sexto día de las Fiestas Patronales concluyó en un ambiente de alegría y fervor, con cantos, oraciones y el entusiasmo propio de una comunidad que mantiene viva la tradición vicentina.
La celebración de este martes dejó un mensaje claro: la misión cristiana comienza en la familia, se extiende a toda la sociedad como testimonio vivo del Evangelio.